El consumidor ya no es el mismo desde hace algunos meses, podemos notarlo en los cambios que ha tenido en sus hábitos de compra y ver la manera en que una empresa ofrece sus servicios o productos en el mercado. 

La pandemia está cada vez más bajo control y lo cierto es que lo aprendido durante ella, modificará las costumbres del consumidor de manera permanente.

Nuevas prioridades.

Los consumidores han revalorizado muchos de los aspectos de la vida, por lo que ahora el contacto con la familia y llevar estilos de vida más sanos, se convertirán en su principal prioridad. 

Buscarán un propósito más filosófico y humano, que influirá en cada decisión que tomen, en este caso las elecciones de compra no serían la excepción.

Más digitales, con nuevo enfoque.

La tecnología se convertirá en una herramienta de vital importancia, pues los consumidores buscan tiempo libre, el cual lo invertirán en pasar tiempo con su familia, crecer de manera personal o contribuir a mejoras sociales.

Veremos como el tiempo destinado a online se disparará en el 2025 a 10 horas en promedio a la semana, pero con un enfoque distinto, en donde la comodidad y la búsqueda de tiempo para disfrutar fuera de línea (por irónico que parezca) será la constante.

Locales y ecológicos 

Durante la pandemia se aprendió que lo local puede tener menores impactos ambientales, razón por la cual la mitad de los consumidores reconoce que espera comprar más productos locales, en parte por la responsabilidad climática. 

Esta tendencia será una respuesta a la necesidad de contribuir al freno de las cuestiones nocivas ambientales.

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