En medio de la crisis sanitaria COVID-19, el tema de la sustentabilidad se volvió aún más relevante, con el cual muchas marcas buscan impactar a los consumidores, sin embargo, el mercado de reventa tomará una ventaja sobre las nuevas colecciones de los minoristas tradicionales, por lo que para el 2030 se espera que éste sea el doble del tamaño del fast fashion.

Aunque los intentos de las marcas por crear colecciones bajo el concepto de ‘sustentabilidad’ han sido muchos, esta estrategia no será suficiente para vencer a la ropa de segunda mano, pues cada vez son más los consumidores que apuestan por esta nueva forma de comprar.

Cada vez son más los pequeños comercios que ven una oportunidad en este sector y con ello, que la batalla para las minoristas ya no sea solo contra las marcas de renombre, sino también con quienes revenden incluso su propia ropa.

A pesar de que las marcas lucen una bandera más ‘ecológica’, algo que tanto los Millennials y la Generación Z agradecen, esta no es suficiente para lograr ventas efectivas por cuestiones como el precio, el marketing engañoso sobre si realmente las empresas llevan buenas prácticas ecológicas y lo que las propias marcas colocan como sostenible, pues ésta suele ser menos inclusiva o transparente que la ropa de segunda mano.

En México, un 47% de las personas entrevistadas en un estudio de Statista Global Consumer Survey en 2020 declaró haber comprado al menos un artículo de segunda mano durante los últimos doce meses, donde la ropa lidera la categoría que los mexicanos compran más por esta modalidad, seguido de los aparatos electrónicos y los segmentos de libros, películas, música y juegos.

Conforme al mismo estudio, México es considerado como el tercer país con compras de segunda mano en el mundo, detrás de Polonia (51%) y Reino Unido (50%) donde la afición de las compras de segunda mano es mayor.

Aunque el futuro del mercado puede llegar a ser muy versátil, lo cierto es que el reutilizar prendas y otros artículos llegó para quedarse, por lo menos algunos años más, ante esto es importante ver si lo que empezó como un comercio informal, puede convertirse en un nuevo comercio emergente del cual se formarán nuevas empresas.

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